La Central Lechera Asturiana inició su andadura en 1968 de la mano de Jesús Sáenz de Miera y Zapico para dar cabida a la producción de leche asturiana de ganaderos particulares. En 1969 se constituyó la cooperativa que sigue funcionando, utilizando nuevos sistemas que mejoran la conservación. La exportación de productos fue una de las primeras premisas de la compañía y ya en 1974 inició este camino.
Si bien en un primer momento solo comercializaba leche, la empresa ha ampliado la oferta a otros productos como la nata, mantequilla, quesos, batidos, postres y yogures. La empresa produce leche entera, desnatada, semidesnatada, con bífidus, enriquecida con calcio y de soja, entre otras modalidades. Destaca hoy por tener todo tipo de certificaciones para la comercialización y por garantizar la sostenibilidad de sus pastos, de manera que el consumidor puede degustar un producto responsable.
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