¿Sabes cuál es la temperatura ideal de cada cerveza?
La temperatura ideal de la cerveza es mucho más importante de lo que pensamos. Aunque por norma general la cerveza se toma fría, esto no siempre es así: cada tipo de cerveza cuenta con su temperatura ideal, y el frío excesivo puede llegar a matar su sabor en función de las características de cada variedad de esta bebida. Pese a que la cerveza se remonta al año 5000 a. C., todavía nos queda mucho por saber de ella.
La importancia de elegir la temperatura ideal de la cerveza
Ponte en situación. Hace calor y vas a servir cervezas durante toda la tarde. Es lógico que los clientes quieran beber una cerveza muy fría, pero hay que pensar, también, en los problemas de mantenerla a esta temperatura: se pueden enmascarar aromas y sabores propios de esa variedad.
Las temperaturas muy bajas hacen que la volatilización de los compuestos aromáticos tarde más en producirse. Así, sin que se liberen, el sabor y el aroma cambian radicalmente hasta el punto que puede parecer plana e insípida. Eso sin llegar a considerar la turbidez que puede llegar a mostrar.
Dándole la vuelta a la situación, ¿qué ocurre cuando al tomar la cerveza está demasiado caliente? Todos sabemos que una cerveza tibia permite que sea saboreada y, por lo tanto, se puedan disfrutar de multitud de sabores y matices.
Pero si se calienta demasiado, el sabor puede verse afectado por la intensa sensación que transmiten los lúpulos y, por otro lado, la carbonatación desaparece. No obstante, cada tipo de cerveza tiene una temperatura de servicio correcta: no todas son iguales.
Esta es la temperatura ideal para servir cada tipo de cerveza
Para empezar, destacaremos que una gran parte de las cervezas debe servirse entre los 3 y los 12 grados. La temperatura es el mayor condicionante de un producto, y por ello se debe prestar mucha atención a cómo se sirve y cómo se almacena para que siga contando con todas sus propiedades desde que entra a nuestro establecimiento hasta que es servida al cliente. La regla general es muy clara: las oscuras deben servirse más tibias, mientras que las de menor graduación deben servirse bastante más frías.
Cervezas pale ale
Son conocidas por contar con aromas y sabores realmente complejos. Su fermentación es elevada, de ahí que existan diferentes estilos como el stout o el porter. La temperatura ideal es muy variada, pero los expertos determinan que debe servirse entre los 9 y 13 grados.
Lager
La ‘rubia’ del mercado cervecero es una de las más consumidas en Europa. De hecho, se calcula que el 90 % de los consumidores mundiales se decantan por ella. Aunque, como todas, cuenta con diferentes variantes, la temperatura idónea está entre los 6 y los 8 grados. Eso sí, hay algunas lager que se llegan a disfrutar a 2º C.
Cerveza negra
Está considerada como la más intensa, la que tiene ‘mayor fuerza’. Es este el motivo por el que este tipo debe consumirse a mayor temperatura, la cual debe estar entre los 8 y 10 grados. Si se sirve a más grados, estará demasiado espesa y consistente.
Pilsner
En el mercado existen diferentes marcas que sirven este tipo de cerveza lager, la cual se remonta al siglo XIX. De color claro, hecha a base de malta con baja fermentación y con alcohol medio del 4 %, debe servirse a 6 grados.
Cerveza de trigo
En este tipo de cerveza, lo recomendable es que esté entre los 4 y 7 grados. Para otros estilos, como el hefeweizen, más liviano y con un aroma más pesado, unos cuantos grados más de temperatura son muy aceptables.
Sour e IPAs
La temperatura ideal a la que deben servirse este tipo de cervezas varía enormemente. En ambas, la acidez se incrementa si los grados van subiendo. Lo ideal es que esté entre los 7 y 10 grados centígrados.
Ámbar, dunkel o doppelbock
Para las más oscuras, lo habitual es servirlas entre los 7 y los 11 grados. A medida que se incrementa su fuerza, lo ideal es incrementar también la temperatura, aunque lo mejor es no superar nunca los 12 grados.
¿Cómo enfriar la cerveza correctamente?
Enfriar la cerveza de manera adecuada en un entorno de hostelería es esencial para garantizar una experiencia de calidad para los clientes. Aplicar estos métodos y prácticas garantizará que la cerveza se sirva en las mejores condiciones posibles, mejorando la satisfacción del cliente y la reputación del establecimiento. Aquí tienes una guía detallada sobre cómo hacerlo correctamente:
1. Almacenamiento inicial
- Temperatura de almacenamiento. Mantén la cerveza en un área de almacenamiento fresco, preferiblemente entre 10°C y 15°C. Esto evitará choques térmicos al trasladarla al refrigerador.
- Evita la luz directa. La luz, especialmente la solar, puede afectar el sabor de la cerveza. Almacénala en un lugar oscuro o utiliza botellas opacas.
2. Enfriamiento inicial
- Refrigeradores comerciales. Utiliza refrigeradores de alta eficiencia diseñados específicamente para bebidas. Ajusta la temperatura entre 2°C y 4°C, ideal para la mayoría de las cervezas.
- Rotación de stock. Aplica el método FIFO (First In, First Out) para asegurar que las cervezas más antiguas se consuman primero, garantizando frescura.
3. Métodos de enfriamiento rápido
- Baños de hielo. Si necesitas enfriar cerveza rápidamente, un baño de hielo con sal es muy efectivo. La sal baja el punto de congelación del agua, acelerando el proceso de enfriamiento. Llena un recipiente con hielo, añade agua y un par de puñados de sal. Sumerge las botellas o latas durante unos 20 minutos.
- Enfriadores rápidos. Existen enfriadores eléctricos que pueden enfriar las botellas rápidamente girándolas en un baño de hielo. Ideales para situaciones de alta demanda.
- Evita el congelador. No uses el congelador para enfriar rápidamente, ya que puede alterar el sabor y causar congelamiento parcial.
4. Servicio
- Vasos enfriados. Mantén los vasos refrigerados (pero no congelados) para servir la cerveza. Esto ayuda a mantener la temperatura adecuada al servirla.
- Presentación. Sirve la cerveza en vasos adecuados para cada tipo, esto no solo mejora la presentación, sino que puede resaltar las características de la cerveza.
5. Mantenimiento del equipo
- Limpieza regular. Limpia los refrigeradores y enfriadores regularmente para evitar acumulación de suciedad y asegurar un funcionamiento óptimo.
- Calibración. Verifica y ajusta la temperatura de los refrigeradores periódicamente para mantenerla en el rango ideal.
- Monitorización. Usa termómetros en los refrigeradores para asegurarte de que las temperaturas se mantengan constantes.
La temperatura de la cerveza es determinante para que pueda ser disfrutada y saboreada al máximo, apreciando olores y matices en el gusto. Eso sí, se debe pensar en los diferentes tipos de cerveza que existen para asegurar se preservan las cualidades propias de cada una. Sirve, y también disfruta, del oro líquido en las mejores condiciones en tu establecimiento.