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7 ideas de salsas para aderezar los platos de tu restaurante
¿Sabías que los romanos ya utilizaban salsas para aderezar sus platos? Y este es solo el primer registro histórico, probablemente se empleaban desde antes, no solamente por las virtudes de su sabor, sino también para conservar y mejorar las propiedades de los alimentos.
Curiosamente, su uso no fue muy frecuente en la Edad Media, pero volvió a revivir durante el siglo XVIII, según se documenta, especialmente en Francia. Hoy te descubrimos las 7 salsas que todo cocinero debe conocer.
7 salsas para aderezar tus platos
Vivimos en la era de la globalización. Sin embargo, en cuanto a salsas, parecemos estar todos bastante de acuerdo en cuáles son las más deliciosas y fáciles de combinar con los platos. Por eso no puedes perderte los secretos de estas 7 salsas.
Bechamel
La bechamel es el perfecto ejemplo de un roux. Este es un concepto importante en cocina: se trata de una salsa en la que se cocina primero la grasa y la harina juntas antes de añadir el líquido que hace que la mezcla crezca. Así se elabora la base que sirve para ligar muchas salsas básicas en la cocina.
Su origen hay que encontrarlo en la cocina francesa e italiana, pero ambas coinciden en que no puede faltar la nuez moscada para obtener su característico sabor.
- Ingredientes: 1 litro de leche entera, 60-80 g de mantequilla, 60-80 g de harina, sal, pimienta y nuez moscada.
- Preparación: derrite la mantequilla en una sartén y mézclala con la harina, remueve a fuego lento durante un minuto y medio aproximadamente, aparta del fuego para calentar la leche y, cuando esté hirviendo, añádela poco a poco a la mezcla de harina y mantequilla. Deja que se disuelva removiendo de vez en cuando y, finalmente, agrega la sal, pimienta y nuez moscada.
Mayonesa
Esta es una salsa de origen mallorquín que servirá de base para otras salsas, como la salsa rosa o la salsa tártara. Es perfecta para dar textura a las ensaladas, especialmente a la de patata, y a su variante más conocida, la ensaladilla. Pero tampoco puedes prescindir de ella con carnes o verduras.
Ten presente que en hostelería está regulado el uso de la mayonesa casera para evitar intoxicaciones. Así es cómo puedes evitar la salmonella en restauración.
- Ingredientes: necesitarás 2 yemas de huevo, 300 ml de aceite de girasol, sal y 1 cucharada de zumo de limón.
- Preparación: mezcla las yemas con el zumo de limón. Añade el aceite poco a poco. Cuando tengas la salsa con el espesor deseado, incorpora la sal previamente diluida en un poco de agua caliente.
Salsa holandesa
Es perfecta para acompañar pescados, huevos y mariscos, aunque el plato estrella en el que se usa son los huevos Benedict. Pese a su nombre, su origen hay que encontrarlo en Francia. Se trata de una salsa con un alto grado de dificultad en su elaboración, pero nada es imposible para los mejores cocineros.
- Ingredientes: 2 yemas de huevo, 250 g de mantequilla clarificada, 2 cucharadas de limón y sal.
- Preparación: monta las yemas, añade el zumo de limón y, cuando hayan doblado su volumen, añade poco a poco la mantequilla derretida para conseguir la consistencia de una mayonesa. Pon la sal al final.
Salsa al pesto
Esta salsa tan popular para la pasta no puede tener otro origen que el italiano, concretamente de la región de Liguria. Además de aderezar un buen plato de tallarines, también puedes utilizarla para pan, carnes, pescado o quesos, ¡y es que su aroma especiado es único!
- Ingredientes: 100 g de hojas de albahaca frescas, 200 g queso parmesano, 75 g de piñones, 2 dientes de ajo, 160 g aceite de oliva y sal.
- Preparación: para secar las hojas de albahaca, lávalas y déjalas en papel de cocina (con cuidado de no romperlas). Mientras tanto, fríe los dientes de ajo y piñones, retira el germen de las hojas de albahaca y mézclalas, picadas, junto al resto de ingredientes en la batidora.
Salsa de yogur
Esta es una salsa que sirve de base para muchas otras (como la salsa griega tzatziki) y combina perfectamente con pechuga de pollo, pan de pita y una gran variedad de platos de origen mediterráneo.
- Ingredientes: dos yogures griegos azucarados, una cucharada de albahaca, una cucharada de orégano, dos cucharadas de agua fría y una cucharadita de sal.
- Preparación: es tan sencilla como mezclar bien todos estos ingredientes hasta que se forme una amalgama de colores y sabores.
Vinagreta
Un clásico ideal para todo tipo de ensaladas, incluso las de legumbres, así como mejillones o verduras. Su origen lo encontramos en Francia, de donde procede su nombre: vinaigrette. Pese a que hace referencia a su ingrediente principal (el vinagre), hay variaciones con zumo de limón.
- Ingredientes: 1 cucharada sopera de mostaza, 4 cucharadas soperas de aceite de oliva, 2 cucharadas soperas de vinagre blanco y sal.
- Preparación: mezcla todos los ingredientes en un bol o un bote con tapa para que lo puedas agitar. Colócala en el plato justo en el momento de servir.
Salsa de queso
Conocida para servir con nachos, sobre hamburguesas, perritos calientes o incluso verduras, su versatilidad es tal que se puede hacer con cualquier tipo de queso. Se trata de una salsa muy popular en Grecia, Francia y Holanda.
- Ingredientes: 180 g de queso cheddar rallado, 2 cucharaditas de harina para todo uso, 2 cucharaditas de mantequilla, 200 ml de leche, sal y pimienta.
- Preparación: en primer lugar, ralla el queso y reserva. Después, derrite la mantequilla en un cazo a fuego lento, incorpora la harina y mezcla con una cuchara de madera. Añade la leche y remueve hasta que espese. Agrega el queso rallado y vuelve a remover hasta lograr que se derrita, que será en unos 2 o 3 minutos. Finalmente, añade sal y pimienta al gusto.
¿Hay alguno de los platos estrella de tu restaurante que se ha quedado sin salsa? ¡Seguro que no! Ahora que conoces las salsas básicas que todo cocinero debe dominar, ya puedes probar nuevas variantes y combinar con tus platos. ¡Así tu cocina será única y deliciosa!
