Cocinar a baja temperatura: cómo hacerlo y qué ventajas tiene
Cocinar a baja temperatura es una técnica que está revolucionando la forma en que los restaurantes preparan sus platos. Este método no solo preserva las propiedades de los alimentos, sino que también mejora su textura y sabor. Acompáñanos para descubrir cómo implementarlo en tu establecimiento y por qué podría convertirse en tu mejor aliado en la cocina.
¿Qué es cocinar a baja temperatura y cómo hacerlo?
Cocinar a baja temperatura consiste en cocinar los alimentos durante periodos prolongados a temperaturas mucho más bajas de las habituales. Esta técnica tiene sus raíces en antiguas prácticas de conservación, pero ha sido perfeccionada en las últimas décadas. Sobre todo, se ha popularizado en la alta cocina.
Para cocinar a baja temperatura en un restaurante, el proceso inicia con la selección y preparación de los ingredientes. Los alimentos, especialmente carnes y verduras, se preparan y sazonan al gusto antes de ser sellados al vacío en bolsas especiales. Este envasado es crucial porque previene la pérdida de humedad y sabor durante el cocinado.
El siguiente paso es sumergir estas bolsas en un baño de agua a temperatura controlada, utilizando un aparato llamado sous-vide. Las temperaturas suelen oscilar entre 55°C y 85°C, dependiendo del tipo de alimento y el resultado deseado. La cocción puede durar desde una hora hasta 72 horas para ciertos cortes de carne, lo que permite una precisión y una calidad gastronómica excepcionales.
Finalmente, el equipamiento necesario en un restaurante incluye una máquina de envasado al vacío y un circulador de inmersión o baño maría preciso. Estas herramientas mantienen la consistencia y la calidad en cada plato preparado mediante este método de cocción.
6 ventajas de cocinar a baja temperatura
En el tipo de cocción a baja temperatura, los grados a los que se somete el alimento nunca superarán los 100ºC (que es la temperatura de ebullición del agua). Esto aporta numerosas ventajas nutricionales, ya que se pierden menos nutrientes termolábiles (vitaminas y minerales), que son los más sensibles a las altas temperaturas. Además de este beneficio, te contamos otros que están relacionados con una mejor gestión del restaurante.
Mejora la textura de la carne y el pescado
La cocina a baja temperatura es ideal para transformar las texturas de carnes y pescados. Al cocinar lentamente, las fibras musculares de la carne se ablandan sin perder humedad, resultando en un producto jugoso y tierno. En el caso del pescado, se evita el riesgo de sobre cocinarlo, manteniendo una textura suave y uniforme, ideal para platos delicados con el salmón o el bacalao como protagonistas.
Legumbres más tiernas y sabrosas
Las legumbres, como lentejas y garbanzos, se benefician enormemente de esta técnica. Cocinar a baja temperatura permite que se cocinen de manera uniforme, sin desintegrarse y absorbiendo mejor los sabores de los condimentos. Eso las convierte en ideales para platos como potajes o ensaladas templadas.
Resultado interesante para cocinar huevos
Los huevos cocinados a baja temperatura pueden alcanzar texturas que otros métodos de cocción no pueden igualar. Por ejemplo, un huevo cocido a 65°C durante 45 minutos tendrá la clara suave y la yema cremosa, perfecto para platos como huevos benedictinos o como acompañante en ensaladas.
Platos más saludables y con menor contenido calórico
Este método permite cocinar sin añadir grasas adicionales y conserva mejor las propiedades nutricionales de los alimentos. Sobre todo, es útil para preservar vitaminas y minerales, que suelen degradarse con las temperaturas altas. Esto da lugar a platos más saludables y con menor contenido calórico.
Regeneración rápida de los alimentos para servirlos
Una gran ventaja en el ámbito de los restaurantes es la capacidad de regenerar rápidamente los alimentos cocinados previamente a baja temperatura. Los platos pueden prepararse con antelación y almacenarse en refrigeración. Luego, pueden regenerarse sin perder calidad, facilitando el servicio durante las horas pico.
Mejor planificación de platos
La cocción a baja temperatura permite una mejor planificación y optimización de los recursos en la cocina. La posibilidad de cocinar y almacenar alimentos con anticipación sin sacrificar la calidad, Esto se traduce en una operación más eficiente y un servicio más rápido y efectivo.
La cocina a baja temperatura ofrece numerosas ventajas que pueden transformar la operación de un restaurante. Desde mejorar la textura y el sabor de los alimentos hasta optimizar los procesos de cocina y servicio, este método es una revolución en la gastronomía moderna. Atrévete a experimentar y llevar tus platos a un nuevo nivel.