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Jacob Schweppe, un joyero alemán, fue el encargado de crear el primer proceso para producir un tipo de agua mineral carbonatada de manera artificial. A partir de este prototipo, fue trabajando sobre su producto hasta que, en 1783, fundó en Ginebra dicha marca. A partir de 1792 desarrolló su negocio también en Londres y, finalmente, en 1798 se internacionalizó por todo el mundo. Llegando su popularidad a España, en la década de los 50.
La tónica ha sido una bebida que nos ha acompañado en muchos momentos y por ello en la actualidad cuenta con varios premios y reconocimientos, como el Superior Taste Award, otorgado por el Instituto Internacional de Sabor y Calidad; incluso The New York Times la eligió, en 2013, como la mejor tónica del mundo.
Desde que saliera al mercado, la tónica Schweppes se ha considerado como una de las mejores bebidas en todo el mundo, con un sabor intenso y de gran calidad, debido a su composición. Además, la marca ha sabido reinventarse.
Nuevos formatos y sabores de esta bebida ofrecen a los consumidores y al sector hostelero una gran cantidad de variantes. Al tomar tónica, estamos bebiendo un refresco carbonatado con un cierto sabor a quinina, el elemento base de esta bebida que le otorga un sabor amargo. Resulta que es muy efectiva, ya que cuenta con propiedades digestivas, además de analgésicas y antipiréticas.
Inicialmente, se elaboraba con agua carbonatada y quinina, aunque al pasar los años la cantidad de quinina se ha disminuido y se han añadido otros componentes. Hoy en día, Schweppes nos regala varios tipos de bebidas, algunas aromatizadas, otras sin azúcar… ¡hay para todos los gustos!
La composición y versatilidad de la Tónica Schweppes la convierte, como se ha visto, en la mejor bebida del mundo, perfecta para cualquier establecimiento.